Incorporación de activos en emulsiones silicónicas
En función de las características fisicoquímicas de los activos a incorporar se pueden dar los siguientes tipos de incorporación:
– Principios activos hidrosolubles: se disuelven en la fase acuosa antes de proceder con la emulsificación. Ejemplos: urea, clindamicina clorhidrato, lidocaína clorhidrato, etc.
– Principios activos liposolubles: se disuelven en la fase silicónica antes de proceder con la emulsificación. Ejemplos: acetato de alfa-tocoferol, aceites vegetales, vitamina F éster glicérico, alfa-bisabolol, etc.
– Principios activos insolubles pulverulentos: se presentan finamente divididos o son de fácil pulverización obteniéndose un material pulverulento liviano óptimo para su incorporación. Una vez pulverizados, se dispersan en un humectante adecuado (generalmente un poliol como propilenglicol o glicerina) formando un pasta homogénea. Se añade la emulsión silicónica previamente elaborada en pequeñas porciones batiendo hasta homogeneidad. Ejemplos: corticoides, metronidazol, etc.
Si se parte de una emulsión silicónica lista para su uso por parte del proveedor y no elaborada por el farmacéutico, los activos deberán añadirse directamente sobre la emulsión ya sea de forma directa o disueltos previamente. Si la cantidad de agua para disolver el activo en cuestión es demasiado alta podría existir cierta pérdida de estabilidad de la emulsión a largo plazo. Según mis investigaciones en el manejo de emulsiones silicónicas, es mejor elaborar la emulsión a partir de todos sus ingredientes básicos e ir incorporando los activos en las diferentes fases como se ha descrito al principio de esta entrada. De esta manera se conservará la proporción del emulgente silicónico y de las siliconas volátiles lográndose una óptima estabilidad.
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