Ejemplo de elección de un excipiente adecuado
Efectivamente hay demasiadas fórmulas en los distintos libros y artículos sobre formulación magistral. Pero bajo mi punto de vista el dermatólogo no debe ser un mero “copiador” de fórmulas, debe diseñar sus propias formulaciones en función de la patología que tenga delante. Un ejemplo de diseño rápido: tengo delante una dermatitis seborreica del cuero cabelludo con alta descamación y necesito formular un queratolítico y un corticoide de alta potencia. Pero también necesito un excipiente. ¿Qué excipiente?, ¿con qué características básicas? Dado que estamos ante un proceso escamoso necesitaré un excipiente oclusivo que favorezca la acción queratolítica al impedir la evaporación del agua transepidérmica. Bien, la vaselina líquida es una buena opción para dar oclusividad a mi fórmula. Pero quiero que la aplicación y sobre todo la retirada de dicho excipiente sea cómoda para el paciente. Bien, pues voy a emplear una emulsión o/w de esas que dicen que son lavables. ¿Qué significa esto? Pues que una vez aplicadas se retiran bastante bien mediante lavado con champú suave o simplemente con agua tibia abundante. ¿Por qué? Porque contienen un detergente como emulgente favoreciendo el “arrastre” con agua. ¿Cuál sería entonces? La emulsión base Lanette, por ejemplo, puede ser una buena opción ya que contiene un emulgente con ciertas propiedades detergentes. Según lo expuesto la fórmula final diseñada para nuestra dermatitis seborreica sería la siguiente:
Queratolítico, X % Corticoide, Y % Vaselina líquida, 15-20 % Emulsión Lanette csp, 100 gLa emulsión se aplica por la noche y se retira mediante lavado al día siguiente.
Esto es un mero ejemplo de racionalizar los distintos pasos para la elección de un excipiente adecuado. Porque en formulación magistral en muchas ocasiones el excipiente también es importante además por supuesto del principio activo.
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