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El ácido salicílico es un polvo cristalino, blanco o casi blanco, o cristales aciculares, blancos o incoloros. Poco soluble en agua, fácilmente soluble en etanol al 96%, bastante soluble en cloruro de metileno.
El ácido salicílico posee propiedades queratoplásticas a concentraciones menores al 1 – 2 %, usándose en úlceras crónicas y estados descamativos, y queratolíticas a concentraciones mayores al 1 – 2 %, provocando la caída de la capa córnea de la epidermis o disminuyendo su espesor, usándose en el tratamiento de caspa, eczemas, dermatitis seborreica, ictiosis, psoriasis, hiperhidrosis, acné, y dermatofitosis.
Se considera el activo más queratolítico de todos, y uno de los más usados.
Se absorbe parcialmente y rápidamente por la piel (sobretodo cuando está erosionada) y se elimina lentamente por la orina, por lo que no debe emplearse en áreas extensas, concentraciones excesivas, o sobre piel inflamada o erosionada.
También se usa en diferentes preparaciones como cáustico para la eliminación de verrugas y callos.
El ácido salicílico también posee propiedades bacteriostáticas y fungicidas y se usa por vía tópica en el tratamiento de infecciones fúngicas de la piel (tineas, etc…), muchas veces asociado a otros antifúngicos por facilitar su penetración en la piel hiperqueratinizada.
Se emplea siempre por vía tópica en forma de soluciones, polvos, pastas, pomadas, cremas, geles, colodiones, etc…
También posee propiedades conservantes a bajas concentraciones, a pH = 4 – 6.
Se incorpora a las emulsiones disuelto en la cantidad mínima de alcohol.
Su solubilidad en agua se puede aumentar con bórax, citratos, fosfato sódico, o acetato amónico.
Hasta el 3 %, en solución hidroalcohólica se debe tener un 30 % de alcohol mínimo para que se solubilice bien, y a partir del 3 % se debe tener mínimo un 70 % de grado alcohólico.
No debe ser usado durante periodos prolongados, en elevadas concentraciones, sobre heridas o piel dañada, ni sobre áreas extensas de la piel, ya que podría conducir a toxicidad sistémica, sobretodo en niños (riesgo de salicilismo).
Debe ser administrado con precaución en brazos y piernas de pacientes con insuficiencia circulatoria periférica y en diabéticos.
Hay que evitar también el contacto con boca, ojos, y otras mucosas.
El clotrimazol es un polvo cristalino, blanco o amarillento pálido. Prácticamente insoluble en agua, soluble en etanol al 96% y en cloruro de metileno. Es termolábil y foto sensible.
Es un derivado imidazólico con acción antifúngica de amplio espectro, que actúa alterando la permeabilidad de la membrana fúngica, al inhibir la síntesis de ergosterol. Es de amplio espectro, incluyendo dermatofitos y levaduras como Candida.
Cuando se aplica tópicamente penetra en la epidermis pero la absorción sistémica es baja o nula. Tras la administración vaginal en cambio, se absorbe un 3 – 10 % de la dosis. Se metaboliza en el hígado a metabolitos inactivos que se excretan por orina o heces.
Se utiliza tópicamente en el tratamiento de las candidiasis mucocutáneas, pitiriasis versicolor, y dermatofitosis (micosis de pliegues cutáneos, pié de atleta, onicomicosis…). Ocasionalmente en las tricomoniasis resistentes a otros fármacos o cuando éstos están contraindicados.
Tras la administración tópica pueden producirse, ocasionalmente, alteraciones dermatológicas alérgicas (urticaria, prurito, erupciones exantemáticas, eritema, sequedad de piel). El tratamiento debe ser suspendido inmediatamente en el caso que el paciente experimente algún episodio de irritación o erupción cutánea.
Para elaborar la fórmula que comenta se debe pesar en un mortero el ácido salicílico y el clotrimazol. Se humectan con propilenglicol formando una pasta homogénea (si es necesario añadir unas gotas de alcohol absoluto). Finalmente se añade el EXCIPIENTE ADHESIVO ORAL bajo agitación constante hasta obtener un producto final totalmente homogéneo.
Se recomienda envasar el preparado en un tubo canulado.
Saludos